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Los precios en España suben a velocidades no vistas en décadas debido, básicamente, a la subida de los precios de la gasolina, los de la energía y los de los alimentos
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La situación es preocupante para los consumidores y podría haber sido peor de no ser por las medidas de control de precios impulsadas por el Gobierno
Por Manuel Moreno Rojas, economista colaborador de UCARAGÓN
Los precios en España siguen subiendo a velocidades no vistas en décadas rompiendo este mes la barrera psicológica de los dos dígitos. Las causas fundamentales son básicamente tres, la subida de los precios de la gasolina, los de la energía y los de los alimentos. En todos los casos podemos encontrar la factura por la guerra en Ucrania.
Por un lado, las sanciones a Rusia han disparado los precios del petróleo y del gas. Por otro lado, Ucrania es uno de los mayores exportadores mundiales de cereales y el primero hacia la Unión Europea. La drástica reducción de las llegadas de grano ucraniano junto con una cosecha escasa en España han disparado los precios del trigo, maíz, girasol, etc. No obstante, también hay que sumar los efectos indirectos. Si suben los precios de los cereales también suben sus productos derivados (harinas, pastas,…) y la carne por la subida del precio de los piensos.
Ahora mismo, la situación es preocupante para los consumidores por varias razones:
- Los precios mantienen su subida lo que ahonda en la pérdida de capacidad de compra del dinero de salarios, pensiones o ahorros. Ya se ha empezado a notar en la contracción del consumo de las familias que con los mismos sueldos pueden comprar menos.
- Los precios de la energía están contaminando al resto de la economía. La inflación subyacente (la que no cuenta con los precios de alimentos y energía) es la más alta en casi 30 años. Dicho de otro modo, esta inflación cuesta mucho más contener y no vamos bien.
- Encadenamos varias subidas seguidas, es decir, no es algo pasajero y podría mantenerse en el tiempo. No obstante, el Banco de España y el Banco Central Europeo siguen indicando que está situación se contendrá a finales del año que viene.
Y podría haber sido peor de no ser por las medidas de control de precios impulsadas por el Gobierno que, no obstante, se han visto sobrepasadas por la situación. Algunos cálculos indican que sin estas medidas podríamos estar hablando de un incremento del IPC próximo al 14%.
Lamentablemente, las medidas de control de la inflación habituales son una medicina muy amarga para las familias. Se basan en la subida de tipos de interés, es decir, en pagar más en las hipotecas y créditos. Dicho de otro modo, podemos comprar menos y deberemos destinar más a pagar la hipoteca o el préstamos del coche.
Ya se ha empezado a notar porque los bancos han anticipado esta subida de precios a través de los tipos con los que se prestan el dinero entre ellos, el famoso Euribor, que ha subido alrededor del 1,5% desde Navidades. Ha pasado de un -0.501 el 31 de diciembre al 1,022 el 28 de junio, 6 meses después.
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